Los actuales conflictos en Ucrania y la franja de Gaza son indicativos que el mundo de hoy sigue heredando las causas del pasado histórico. Las conflagraciones siguen siendo no solo por cosas; sino también de personas y estas implican clases sociales, cada una con sus intereses, creencias religiosas, razones étnicas, necesidades de sobrevivencias, incluyendo la migratoria, etc.
Las confrontaciones se tornan más complejas, pues a las cosas tangibles que se heredan del pasado como son los casos de los mercados, territorios, influencia política, recursos naturales, vías de comunicación; se le agregan cuentas en Internet, monitoreo físico a distancia a ciudadanos, redes sociales robóticas, espionajes teledirigidos que irrumpen la privacidad elemental de la persona, en resumen dos palabras lo abarca todo, soft y hard, o lo que es lo mismo, “personas” y “cosas”.
En contraposición, en las universidades de hoy día solo una proporción reducida, tanto en los países avanzados como en los que se encuentran en vías de desarrollo, se ven motivados a acudir a las escuelas de formación de líderes pensadores con capacidad para interpretar y teorizar; en cambio, la gran mayoría muestra interés por el aprendizaje hacia las áreas de formación de líderes de “cosas” en cuanto a dirigir empresas, procesos operativos, administración de cuentas electrónicas, dominio de modelos, programación, comercio, y sistemas informáticos. Probablemente todo ello por asunto de mercado… hay que conseguir trabajo; aunque luego muchos sean víctimas de la inflación de títulos universitarios.
De este modelo educativo en principio se benefician grandemente las empresas privadas, sin que esto tenga nada de pecaminoso, el problema podría surgir cuando los países se den cuenta que ese modelo no es suficiente, que la formación de los nuevos líderes que dirigirán el mundo en el futuro requerirán de la formación integral que combine “las cosas con las personas”.
La ausencia de interés por conocer y debatir los problemas nacionales y mundiales de carácter económico-socio-político en los jóvenes digitales de hoy, es un fenómeno social-académico que le estaría restando capacidad analítica sobre los problemas que van más allá de lo hard o de “cosas”; aunque a nivel empresarial las ventajas son obvias, por aquello del tema de rentabilidad económica y competencia.
Esta ausencia hoy día no es evidente, porque aún dirigen el mundo la generación de los 40´ y parte de los 50´, con escasas excepciones, mismas que se han sabido acompañar de la generación intermedia a la digital, y que corresponde a la pre-digital, incorporando los avances tecnológicos para facilitar la solución a parte de los grandes desafíos del mundo actual.
Para los que no nacieron en la época digital y se ufanan en decir que ellos han logrado hacer el tránsito hacia lo digital, les digo que no es lo mismo ser que adaptarse, pues con el chip digital se nace, no se adopta.
Pero como ha quedado evidenciado, el mundo de hoy sigue confrontando desafíos históricos que están lejos de solucionarse bajo el esquema de la formación de líderes light , incapaces de conceptualizar situaciones y escenarios, por aquello del copy page y la formación estandarizada con ausencia interpretativa en posibles soluciones creativas de los problemas fundamentales de las sociedades.
Naturalmente, es probable que estemos frente a una generación digital que solo ellos sabrán cómo dirigir al mundo en un escenario donde todo se decida en base a “cosas” y esta sea la parte del impacto de lo improbable que nosotros no estamos en capacidad de darnos cuenta por nuestra limitación de no habernos educado en la era digital y nacer con su chip.
Tal vez el único ejemplo de aproximación al fenómeno que trato de explicar sea el de los golpes de Estado suaves o protestas sociales “espontáneas”, fomentadas y promovidas por las redes sociales, algunas de las cuales se han iniciado con la mano invisible robótica, y que pese a la existencia de razones materiales que justifican la ira social y/o política, no logran trascender más allá del impacto mediático o algunas reivindicaciones.
Al parecer, aquí se hace evidente la incapacidad para hacer el mix de lo soft y hard, hacia un estadio superior al de las meras protestas; situaciones que no se han agravado por el hecho que hoy día la generación digital convive con la pre-digital y con los de los ancianos. Este mix sería el desafío que tendría la juventud digital de cara al futuro; ojalá ellos sean los actores de la historia que le den respuestas a los problemas que hasta hoy no han encontrado soluciones.
De ahí la preocupación en cuanto a qué será del mundo en el futuro, cuando los jóvenes digitales les toque solos dirigir a cada uno de sus países, bajo el modelo de dirigir “cosas”, en un mundo que presenta cada vez más complejidades que las del pasado.
Apuesto a que los jóvenes digitales encontrarán el vehículo que permita hacer el mix y con ello encontrar la salida a los problemas básicos de la humanidad.