Lo monetario puede agravar los precios y la economía de 2024

El común denominador de la postura monetaria de los bancos centrales en el mundo fue su carácter expansivo, como forma de mitigar los impactos negativos, en ocasión del cierre de la economía durante el 2020, momento en que la pandemia ocasionaba estragos en la salud de millones de personas en la mayoría de los países. Lo que no fue un consenso a nivel de la conducta monetaria de los bancos centrales fue la de reaccionar a tiempo para que la expansión monetaria asumiera un carácter restrictivo, a fin de evitar que el comportamiento hacia el alza de los precios no hiciera metástasis en la economía y generara una especie de círculo vicioso.

   Entre los impactos no deseados de la COVID-19, fue la severa la contracción económica en las economías de la región, que sin excepción cada país centroamericano registró un nivel negativo en el desempeño de su PIB. En efecto El Salvador, Honduras, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua, mostraron tasas negativas, dentro del rango de -4.1 % al -9.0 %.  El PIB de la República Dominicana no fue la excepción, registrando un desempeño también negativo del orden de un -6.7 %.

Año/PIB en %ESHond.CRGuat.Nic.RD
2020-8.2-9.0-4.1-1.8-1.8-6.7
202110.312.57.68.010.312.3
20222.64.04.34.13.84.9

   Las economías que componen la región de Centroamérica, luego del punto máximo de la pandemia y la reapertura de la economía, mostraron un desempeño económico positivo, incluso, elevado, entre otras razones, por el efecto del rebote estadístico, permitiendo que cada una se moviera entre tasas de crecimiento en un nivel mínimo de un 7.6 % y un máximo de un 12.5 %, para los casos de Costa Rica (CR) y Honduras, respectivamente. Sin embargo, pasado el efecto rebote, las economías presentaron crecimiento económico en el 2022 más alineado a su crecimiento potencial, siendo el menor, el PIB de El Salvador (ES) con un 2.6 % y el mayor, la República Dominicana (RD) al registrar un 4.9 %.

   Los resultados del PIB de los países que aparecen en el cuadro, permiten desmitificar el relato de que estas economías, en particular la dominicana, había alcanzado un nivel de récord histórico, olvidando la narrativa de que no hay crimen perfecto y que, pasado un año, el consumo y la inversión de venganza, al retomar la normalidad, comenzaron a ralentizarse, llevando al desempeño del PIB a tomar un lugar más realista y sostenible. 

   La postura monetaria de carácter expansivo que programó y ejecutó el Banco Central de la República Dominicana desde y posterior a la pandemia por la COVID-19, le trajo consecuencias negativas a la población dominicana, al causar y promover inflación más allá de la meta durante los años que van del 2020 al 2023, de este último año hasta octubre, pero persistente todavía a nivel de la inflación subyacente interanual con un 4.32 % a diciembre del año pasado y también, la de los alimentos en un 6.1 % interanual.

   El hecho de que la inflación subyacente y la de los alimentos se encuentren sobre la meta de inflación del 4.0 %, es indicativo de que la política monetaria no puede aun reírse antes de contar el chiste, como lo ha hecho cuando afirma que ya los precios convergieron al rango, que es de un 3.0 % a un 5.0 %. El nivel de la inflación subyacente continúa siendo un desafío para el Banco Central, por encontrarse por encima del límite máximo del rango, sugiriendo que a la política monetaria le queda esa materia pendiente y que como los precios de los alimentos siguen subiendo, el ámbito monetario debe tomar nota y no flexibilizar antes de tiempo.

   La Junta Monetaria aprobó para el año que transcurre su programa monetario, el que agentes económicos y analistas esperaban para ver cuál seria la postura monetaria del Banco Central, en efecto, las métricas que aparecen en los indicadores del indicado programa en materia de la base monetaria y los agregados monetarios pueden comprometer al desempeño de la economía dominicana en el mediano plazo, así como al empleo y frenar el poco avance que se ha logrado en la gerencia de los precios, haciendo que la inflación general retome el camino del crecimiento.

   El hecho de que en la República Dominicana se efectúen dos procesos electorales y posibilidades de tres, que lleven al país a involucrarse hasta junio en actividades políticas, puede ser un elemento adicional que trastorne el desempeño económico, ante los precedentes que hay en el país, en donde en los años de las últimas seis elecciones los resultados económicos en cinco han desmejorado respecto al anterior. 

   Para fines de identificar amenazas que puedan comprometer más la continuación del deterioro de la economía, esta opinión se centrará en lo adelante en el examen cruzado de distintas variables, como, por ejemplo, el de la base monetaria restringida (BMR) y la inflación, para ese objetivo, este examen se divide en dos, el primero, relacionándola en términos de los indicadores proyectados y el segundo, con valores de datos observados o registrados.

   La historia reciente de la ejecución del programa monetario nos ayuda a entender la preocupación que mostramos en cuanto a lo que le puede esperarle al PIB, al empleo y los precios para este 2024. En la parte relativa a la base monetaria restringida, los programas monetarios de los años que van del 2019 al 2024, se puede apreciar en el cuadro, el conjunto de la emisión monetaria y los depósitos que las entidades de intermediación financiera mantienen en el Banco Central, su tasa de crecimiento prevista al momento de preparar el marco macroeconómica del presupuesto nacional de cada nuevo año, para los años del 2019 al 2024 fue como sigue.

   La postura monetaria anticipada mostró para cada año la siguiente asociación, una base monetaria restringida proyectada (BMRP) alineada al desempeño del PIB nominal estimado, sugiriendo poca presión inflacionaria para los años 2019 al 2021, no así para el año 2022, en  donde se podía pronosticar presiones hacia el incremento de precios, por superar la base monetaria restringida al PIB nominal en 4.1 puntos porcentuales; en cambio, en la del 2023 se podía pronosticar menos presión hacia precios altos, por mostrar la base monetaria un nivel muy inferior al PIBN. Para el año 2024, ante una postura monetaria que supera al PIBN en 5.86 puntos porcentuales, la posibilidad de que se retorne el alza en la inflación no resulta descabellada, en la medida que los meses del año avancen.

Variables/Año201920202021202220232024
BMRP8.17.98.814.97.114.8
BMRR9.021.011.313.13.3n/d
PIBN9.27.99.210.811.08.94
PIBR5.05.05.05.54.55.0
Inflación3.665.558.507.833.57?

   Al cruzar la BMRP con la base monetaria restringida registrada (BMRR), se puede apreciar que en los años del 2019 al 2021 el nivel de la BMRR fue superior al de la BMRP, siendo la del 2020 la más pronunciada, con un nivel de desvío hacia arriba de un 13.1 puntos porcentuales (p/p), explicada fundamentalmente por la postura monetaria expansiva en la pandemia y el menor desvío (0.9 pp) se produjo en el 2019, año en el que la economía estaba en completa normalidad. En cambio, en los años 2022 y 2023 la BMRR fue menor a la BMRP, siendo la más pronunciada la del año pasado, con un desvío hacia la baja de 3.8 pp.

   Para el 2024 queda la incógnita de hacia donde se dirigirá el desvío, considerando esta opinión que será a favor del cumplimiento, ante el periodo electoral, que sugiere una marcada intención a favor de una postura monetaria expansiva, amigable al interés gubernamental, pero perjudicial hacia el comportamiento de los precios, que previsiblemente puede estar sobre la meta de inflación que es de un 4.0 %. Recordemos que el PIB real se ha estimado en un 5.0 % y el nominal en un 8.94 %, pero la BMRP es de un 14.8 %, una métrica muy distanciada de la programación monetaria en los años de normalidad, en donde la misma estaba menos distanciada de las estimaciones del PIB real y nominal.  

   La BMRR expansiva muestra una fuerte asociación con la tasa de inflación registrada, especialmente en los años del 2020 al 2022, donde se produjo las mayores tasas de inflación y lo propio aconteció en el escenario con una posición monetario de tipo restrictiva y un nivel general de precios alineado a la meta de inflación.

   El año 2023 cerró con un desempeño económico de un 2.4 %, inflación de los alimentos de un 6.1 % y una inflación subyacente de un 4.32 %, así como una tasa de desempleo abierto en su cifra más actualizada es de un 5.4 %, superior a la de 2022 que fue de un 4.8 %, estos datos son representativos para pensar que una postura monetaria de carácter expansivo en el 2024, ante un escenario electoral incierto y presiones cambiarias como factor novedoso, son razones suficientes para preocuparse y advertir que al final del año las cosas pueden resultar peor que la del año pasado, registrando más inflación y socavando el crecimiento económico y el empleo.  

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Pedrito el rubio

Basados en argumentos por datos estadísticos Interpretativos.