Dos PLD en uno

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue fundado por su líder histórico, Profesor Juan Bosch, el 15 de diciembre del 1973, época en la que tradicionalmente la sociedad dominicana celebra las fiestas navideñas por tradición y herencia cristiana; sin embargo, pese a esa época, Bosch estaba en otra cosa, dando los toques finales a la conformación de un diminuto partido que salía de un gran partido en tamaño.

Por las dos cosas señaladas lo de la fundación del PLD es una hazaña, Don Juan en ese momento estaba haciendo utopía; pero como todo gran pensador que se adelanta a los tiempos por su visión. Lo que en principio fue un ideal, luego se convirtió en un fenómeno, al pasar de utopía a realidad, el PLD comenzó a trillar el camino para alcanzar luego ser la primera fuerza política del país.

Para convertirse en la primera opción política, primero tuvo que romper con el bipartidismo encarnado en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), esa ruptura no se logró por advenimiento, fue fruto de la obra maestra de su creador y de un pequeño grupo de hombres y mujeres que además de creer en su líder, trabajaron noche y día en la construcción del PLD.

A tan solo cinco años de su fundación, Don Juan se atrevió a participar en las elecciones del 1978 y muchos fueron los críticos; pero el líder vio en ese evento electoral la oportunidad para estar en contacto con las masas, dar a conocer al nuevo partido, sus colores y su símbolo, objetivos que fueron logrados, pues cuatro años después multiplicó por diez su votación, al pasar de 18 mil votos a 180 mil.

En menos de diez años de haberse fundado, el PLD ya daba señales que ciertamente comenzaba a romper con el bipartidismo del PRD y el PR, convirtiéndose en la mayoría de las minorías y en el 1990 en la mayoría de las mayorías.

Para los noventa ya el PLD estaba formado, el mismo Profesor Bosch dijo en una oportunidad que el partido ya estaba construido. Durante toda la etapa de la construcción el modo de operación de la militancia eran las reuniones semanales de sus organismos, los esfuerzos concentrados periódicos, la distribución del periódico Vanguardia del Pueblo, la búsqueda de cotizantes, la autosuficiencia de sus locales por las respectivas estructuras orgánicas, los planes de trabajos anual, las evaluaciones, las tertulias, la solidaridad entre compañeros, los encuentros con el pueblo, las rifas, las marchas, el programa de radio la Voz del PLD, entre otras actividades.

Todo ello fue obra de un grupo de peledeístas que solo daban al partido, no recibían nada, a no ser la satisfacción de ver al PLD crecer.

Desde el 1996 con la llegada al poder del PLD se inició una transformación orgánica, tanto en términos numéricos como de su calidad, se producía en forma ascendente una metamorfosis, haciéndolo cada vez más solo una maquinaria electoral con determinados niveles de disciplina interna.

Desde entonces y hasta ahora hay dos PLD que conviven en uno, los que formamos parte de la etapa de la construcción del partido de Bosch y los que ingresaron a partir del 1996.

Probablemente hoy en el PLD tienen más primacía los que no son suficientemente dolientes de la herencia de Don Juan. Aducen que los tiempos han cambiado, se comportan diferentes, y en ocasiones llegan a patear, menospreciar, intervenir medios de comunicaciones privada, no desde el Estado, sino porque en forma particular se dedican a eso, alcanzan posiciones en sus máximos organismos y órganos de dirección con pocos méritos partidarios y escasa formación política, formando ellos la mayoría frente a la minoría que formó al PLD.

Mi juicio de que hay dos PLD en uno no lo hago para alentar la confrontación entre dos generaciones de peledeístas; muy por el contrario, es un llamado al respeto y la consideración, por la unidad que nos permita seguir haciendo las transformaciones que hasta ahora se han logrado para el bien de la sociedad dominicana.

Ojalá llegue el día que alguien con suficiente poder les diga a la mayoría, un momento, a los que hoy son minorías no me la toque ni con el pétalo de una flor, porque lo que lo somos hoy, se lo debemos a ellos, el partido de la mayoría del pueblo dominicano.