El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, visitó la isla de Cuba en marzo de 2016, su estadía entre muchas otras cosas, quiso enviar una señal al sector privado, pues se reunió con los empresarios, al tiempo que cenó junto a su familia en un restaurante de los que en Cuba le llaman Paladar, por ser propiedad de particulares.
Paladar San Cristóbal, ubicado en la calle San Rafael número 469 de la vieja Habana, una vía estrecha que apenas cabe un carro en una sola dirección, en relativo mal estado, no fue asfaltada como otras previo a la visita de Obama, es un lugar exquisito el estilo antiguo, por su diseño, mobiliario, ambiente y oferta gastronómica; aunque el personal que sirve es joven, no así sus propietarios que rondan los 50 años, al menos su dueño principal y chef.
La mayoría de los clientes, por no decir todos, son extranjeros residentes en la isla o en calidad de turistas, los precios de su menú no están al alcance del ciudadano cubano; aunque sí para cualquier visitante extranjero promedio.
San Cristóbal, antes de ser Paladar era una casa de las del tipo de los años 50, o tal vez más, de los 40 dicen algunos, compuesta por una sala a la entrada, ahora convertida en la recepción, un pasillo con mesas, tres habitaciones, habilitados como salones con mobiliario para degustar, y un baño, aun con su bañera, y al final la cocina. A la entrada tiene una puerta de hierro que siempre está cerrada y hay que anunciarse para que la abran y poder entrar, esto si tienes reservación, pues casi siempre está lleno.
Paladar San Cristóbal, no es lujoso como narran algunos medios; aunque sí higiénico, las paredes del pasillo están deterioradas, como casi todos los inmuebles de la ciudad, más bien luce como un lugar que conserva artículos antiguos, que van desde letreros de Coca Cola, fotografías de antiguas personalidades, vasijas de barro, más de una docena de relojes de pared y mobiliario, ambos propios de la época; sin embargo, los utensilios de la mesa son eclécticos, una combinación antigua, con retro.
Al llegar el Presidente Obama al Paladar pasaban las 5 meridiano, una tarde lluviosa y poco calurosa, antes de su arribo un grupo de hombres de la avanzada inspeccionaron el lugar con toda la tecnología de punta, que incluía a un ingeniero químico que estuvo siempre supervisando todos los alimentos, bebidas, e ingredientes que se utilizarían para la cena.
El señor Obama permaneció en el segundo salón aclimatado por espacio de dos horas, en una mesa redonda con capacidad para seis personas, de caoba y tela tapizada, ambas antiguas, el salón permaneció con las puertas cerradas mientras compartía con su familia, y extrañamente él quedó de espalda a la única puerta, tal vez por la cercanía a la salida, como prevención a cualquier eventualidad.
Lo primero que sirvieron a su esposa, sus dos hijas y a Obama fue una canasta de pan hecho en el mismo Paladar San Cristóbal, luego agua, él no quiso tomar vino porque argumentó que tenía reuniones pendientes ese mismo día; ella, Michelle Obama, degustó vino tinto San Cristóbal, del grupo vinícola, Marques de Versalles, de entrada, una combinación del Paladar, luego el plato fuerte, Tentación Habanera y Solomillo, importado de Brasil, en tres salsas, y postre, también de la casa.
Al final de la cena tomaron café Serrano, de la denominación Arábico, en tasa pequeña, color oro, al pagar la cuenta lo hizo en moneda nacional convertible, denominada CUC, por una cantidad que no alcanzó los 175, y una propina que al decir del mozo que lo atendió, inducido por su copropietaria, fue generosa, pero no superó el monto de la cuenta; luego al concluir la cena, Obama se trasladó a cada mesa y le preguntó a los demás cómo la habían pasado.
Antes de marcharse se tomó fotos con el personal que estuvo de servicio, todos vestidos con uniforme, pantalón negro y camisa blanca con corbatín negro, justo también el color de la ropa que portaba el Presidente de los Estados Unidos; pero sin atuendo adicional; mientras Michelle le comentó al mozo que los atendió que su cena le recordó la comida que le preparaba su mamá.
El propietario del Paladar San Cristóbal, de nombre Carlos, decidió conservar la silla, la tasa y la botella de vino como parte de la colección del lugar, hoy se exhibe para ser apreciado por sus visitantes, junto a una pintura que retrata la llegada y saludo del Presidente de los Estados Unidos al lugar.
Los medios informativos cubanos no dieron cuenta con antelación de la visita de Barack Obama al Paladar; incluso tampoco después, solo se enteraron los residentes de la calle donde está localizado y posteriormente de boca a oído por los ciudadanos que residen en la capital de Cuba.
Después de la visita de Obama al referido restaurante, otras figuras públicas han acudido como Beyonce y la Jefa del Tesoro de los Estados Unidos, entre otras, quien le otorgó una propina de 10 dólares al mozo que la atendió, con el detalle adicional de firmarle el billete, justo encima de la firma estampada en el papel moneda de la divisa más poderosa de la economía mundial, billete que guarda en su cartera y a recomendación de quien escribe, lo enmarcará para conservarlo mejor.
Buenos días
Vaya, tu visita al Paladar de San Cristóbal fue de caché y categoría!! ?
Jaja, más o menos
Excelente artículo, más bien parece de un periodista con gran capacidad literaria que la narración de un economista de primer orden como lo eres tu, me disfruté al leerlo la cantidad de pormenores que contiene e mismo. Gracias por plasmarlosu en este escrito y compartirlo con los demás mortales
Gracias Berlin por tu comentario, lamente no incluir un detalle que olvide al momento de escribirlo, se refiere a que él Restaurant fue llenado por su comitiva y no se permitió a más nadie
Gracias por esta importante narrativa!
Gracias por leerlo
Haivanjoe como cronista social y de sucesos, tambien eres bueno. Interesante articulo. Un abrazo para Berlin, mi amigo de infancia.
Muchas gracias por tu valoración nueva vez, y claro le daré tus saludos a Berlin
Me encanto! Me adentre de una forma mientras lo leia, que en un momento me ubique como si fuera la camarografa captando todos lis detalles que describes de una manera excelente.
Gracias Diana por valorar lo que escribí