En la República Dominicana la dotación monetaria que reciben los trabajadores en Navidad se remonta a la era del régimen de Trujillo. Para la ocasión, durante la década del 1950 algunas empresas privadas comenzaron en diciembre a regalarle a sus empleados una determinada suma de dinero adicional a su salario regular; de ahí surge el origen del nombre Regalía Pascual, que hoy día continúa llamándosele así en versión reducida: la Regalía.
Más adelante, mediante la Ley número 4652, del 24 de marzo del 1957, se instituyó la Regalía Pascual hasta un monto de RD$ 300.00 como salario mensualpara todos los servidores públicos, incluyendo a militares y policías. Posteriormente, a través de la Ley 5235 del 25 de octubre del 1959, la gratificación navideña se extendió de manera legal a los empleados del sector privado que devengaban salarios no mayores a RD$ 200.00 al mes.
La legislación vigente en materia de compensación navideña quedó establecida en el Código Laboral, con su Ley número 16-92, la que en su Art. 219 indica que, ”El empleador está obligado a pagar al trabajador en el mes de diciembre, el salario de Navidad, consistente en la duodécima parte del salario ordinario devengado por el trabajador en el año calendario, sin perjuicio de los usos y prácticas de la empresa, lo pactado en el convenio colectivo o el derecho del empleador de otorgar por concepto de éste una suma mayor”.
Como puede apreciarse, es con la ley pre citada que el pago monetario adicional de diciembre a los trabajadores, evoluciona en su concepto, al pasar de “Regalía Pascual” –expresión muy ajustada a la “benevolencia del régimen de Trujillo”- a la de “salario de Navidad”, adquiriendo entonces la categoría de pago salarial, por implicar una compensación al trabajo realizado, que en este caso, es acumulado en forma mensual y es pagado conforme a la proporción del tiempo trabajado durante el año al trabajador, compensación que debe efectuarse a más tardar el día que cuenta a 20 de diciembre.
En la tradición cristiana dominicana, la navidad representa una época especial, tanto en su origen religioso, como en la costumbre, en la que el reencuentro familiar, el mayor consumo, las fiestas, viajes y regalos, son expresiones de acercamiento, esparcimiento colectivo y satisfacción parcial de necesidades acumuladas insatisfechas.
Desde la perspectiva de la costumbre, los dominicanos aprovechamos la ocasión que brinda el salario de Navidad y el aumento del dinero circulante en la economía para realizar compras, permitiendo que la demanda en el país se dinamice y por esa vía el incremento de la actividad comercial y económica en general.
El 2019 es el año más próximo en tiempos de normalidad que sirve de referente para conocer el monto de dinero en circulación, denominado por la economía como M1, para cualquier época del año. Por concepto de dinero en circulación en poder del público y los depósitos transferibles, que es el equivalente al M1, de noviembre a diciembre, el monto pasó de RD$ 387,827 millones a RD$ 437,935 millones, para un aumento equivalente a RD$ 50,935 millones. El referido monto queda explicado especialmente por el salario de Navidad que pagan los sectores público y privado.
A julio del 2020 en el país había registrado en el Sistema Dominicano de la Seguridad Social 2,238,751 empleados en los sectores privado y público, de los cuales, 1,593,637 corresponden a las empresas privadas y 645,114 al sector público general, equivalente a un 71.0 % y un 29.0 %, respectivamente con relación al total.
El salario promedio mensual que pagan los sectores privado y público asciende a RD$ 24,816. En términos de composición salarial, RD$ 21,183 pertenecen a las empresas privadas y para las dependencias estatales RD$ 28,449, indicativo que en el sector público se paga mejor salario que en el privado.
Durante el tiempo que ha transcurrido la emergencia nacional, los servidores públicos han conservado sus puestos de trabajo, algunos asistiendo físicamente y otros mediante el teletrabajo, razón que explica que continúen cotizando en la Seguridad Social y califiquen para recibir el salario de Navidad completo en diciembre del 2020, que equivale en la práctica a un doble sueldo.
Con la problemática de la epidemia por COVID-19 y las medidas de confinamiento dictadas para controlar la propagación del tipo de coronavirus, miles de trabajadores del sector formal privado de la economía quedaron sin laborar durante meses. En efecto, los trabajadores que dejaron de cotizar en la Seguridad Social, a causa de la paralización desde marzo del 2020, ascendieron a 517,676 empleados, de los cuales, con la reapertura parcial de la economía a septiembre del mismo año se reincorporaron 208,115 y pendientes de volver a sus puestos de trabajo unos 309,561.
La situación descrita sobre el trabajador formal dominicano evidencia un resultado desigual en torno a la conquista del salario de Navidad, al recibir el pago total los servidores públicos, mientras que, los del sector privado lo cobraran menguado, en una disminución de entre tres a nueve meses, de los doce que tiene el año.
En cifras estimadas y tal vez hasta conservadoras, los trabajadores dominicanos estarían dejando de percibir por concepto de una proporción de los meses sin trabajar durante la epidemia por COVID-19 de su salario de Navidad, un monto de alrededor de RD$ 4,400 millones, cifra que aumentaría en función de la cantidad de trabajadores que no logren reincorporarse a sus puestos de trabajo en lo que queda del 2020.
De asumirse que el 50.0 % de los trabajadores que no habían conseguido trabajo a septiembre del 2020 no logren volver a las labores productivas formales, los empleados del sector privado del país estarían dejando de percibir por salario de Navidad, una suma general aproximada de RD$ 5,200 millones.
Basado en la lógica de operación de consumidores y comerciantes a final de cada año, los trabajadores no podrán, por el salario de Navidad disminuido, demandar los bienes y servicios previstos que contribuyan a satisfacer parcialmente las necesidades acumuladas insatisfechas y por el lado del comercio, este no podrá igual que en tiempos de normalidad, atraer por ventas como en años anteriores, igual o más del dinero que circula en las calles y centros comerciales del país.
De manera que, para las tradicionales fiestas navideñas, el 2020 no será igual en términos de consumo y de encuentros familiares, por la caída relativa que verá el medio circulante en la economía dominicana y por las medidas restrictivas que aún permanecen en el país y en el extranjero.
Si las autoridades, en un esfuerzo con el sector privado, propician vías para lograr concebir fuentes de recursos financieros que permitan fondear el pago completo del salario de Navidad a los empleados dominicanos, permitirían convertir de esa manera la dotación monetaria navideña, en un hibrido, compuesto por salario y regalía, tal vez así este diciembre no quede en los anales de la historia, como la pesadilla del fin de año para los creadores de riquezas que son los trabajadores.
Por lo tanto después del análisis expuesto por el economista Aivanjoe NG Cortiña, que es la realidad actual que tenemos. Es el momento preciso para que las A FP, consideren el hecho de poder entregar el 30 o el 20 % de los fondos de pensiones de los trabajadores, para ayudar a estos a solventar sus necesidades prioritarias y cubrir el abastecimiento necesario para sus familias, incluyendo las compras navideñas. Lo que favorecería el dinamismo de la economía (tanto en la macro como en la microeconomia). Sin poner como objeción la supuesta inflación, ya que la misma de antemano, la estamos viviendo. Y el comercio en diciembre, por tradición de la demanda propia de la Navidad, aumentan los precios de todos los artículos.
Gracias por leer mi opinión