Hace poco tiempo escribí respecto a la convicción que tienen muchos ciudadanos de que el crecimiento económico solo se encuentra reflejado en las cifras de los organismos oficiales; pero por razones de espacio no pude incluir en la explicación otros aspectos, que ahora aprovecho para exponer, como una forma de ampliar el tema inicial en la dirección de procurar identificar las causales de la incredulidad que tiene la población sobre la magnitud del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) dominicano.
En el esfuerzo por encontrar factores que soporten la negación de los ciudadanos sobre el desempeño del crecimiento de la economía nacional, he identificado variables que no están revestidas de juicios de valores para este examen, al igual que en la publicación anterior. Con esa finalidad, ha sido utilizada la información resultante de las variables económicas observadas en los estudios de campo que se han realizado sistemáticamente en el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), relativos al tema del Mercado de Trabajo.
Los ciudadanos que dudan del crecimiento económico y que, incluso, ni les interesa el dato, muy probablemente forman parte de la población en edad de trabajar que se encuentra inactiva; así como aquélla que aún trabajando, no percibe los ingresos monetarios suficientes para atender sus necesidades básicas de bienes y servicios, las eventuales y, en adición, por la desigualdad laboral de género existente.
La población en edad de trabajar, la de no menos de 15 años, actualmente es de 7,601,071 personas en la República Dominicana. De esa cantidad, 4,558,422 se encuentran laborando; las inactivas ascienden a 2,769,899 y los desocupados a 272,750. El total de personas ocupadas en los sectores formales e informales de la economía nacional, aporta al tamaño del PIB, alrededor del 27.0 %.
La población inactiva sumada a la de los desempleados, representa el 40.0 % de la población en edad de trabajar; un valor relativamente alto: “como para estar excluidos de la población perceptora de ingresos”. Factor que con pocos riesgos a la inexactitud, muy probablemente no consideren que a lo largo del tiempo, la economía dominicana esté creciendo en los niveles anunciados por las autoridades competentes.
Ingresos por deciles y PIB, en %
Deciles | D1 | D2 | D3 | D4 | D5 | D6 | D7 | D8 | D9 | D10 |
Ingreso | 4,368 | 7,395 | 9,268 | 10,753 | 13,040 | 14,971 | 17,791 | 21,577 | 29,199 | 65,821 |
TCI | 4.0 | 3.2 | 4.0 | 1.4 | 7.5 | 6.1 | 11.0 | 5.7 | 8.1 | 25.1 |
TCPIBR | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 | 7.0 |
TCPIBN | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 | 8.67 |
Horas | 43.7 | 44.1 | 43.9 | 42.1 | 43.2 | 41.5 | 40.8 | 38.6 | 36.9 | 33.4 |
Elaborado por el autor en base a datos de la web del Banco Central de la República Dominicana (BCRD)
En el cuadro se puede apreciar que la población trabajadora perceptora de ingresos, se encuentra distribuida en diez (10) grupos; observándolse el nivel de ingreso en una escala que va de menor a mayor. Por lo que, la población de menores ingresos corresponde a la que podría tipificarse como la más pobre del país. La apreciación se fundamenta en el hecho de que los trabajadores de los primeros cinco deciles, tienen ingresos mensuales que se mueven entre los RD$4,368 y RD$13,040; montos que no alcanzan a cubrir el costo de la canasta básica familiar, ascendente a RD$13,881, correspondiente al primer quintil.
Luego, los trabajadores de los deciles 6) y 7) tienen ingresos de RD$14,971 y RD$17,791, respectivamente. Tampoco estos valores cubren el costo de la canasta básica del quintil 2), que asciende a RD$19,762 mensuales; la del decil 8), que es de un nivel de ingreso de RD$21,577, no alcanza el costo de la canasta del quintil 4), que corresponde a RD$31,661. De igual manera, la del decil 9), que presenta ingresos por RD$29,199, tampoco tiene capacidad para cubrir el costo de la canasta del quintil 4); así como a la nacional, que es equivalente a RD$30,333. Solo la del decil 10), con ingresos de RD$65,821, puede cubrir el costo de la canasta del quintil 5), que es de RD$62,029.
La razón de los ingresos monetarios insuficientes de los trabajadores para cubrir el valor de la canasta básica, es una causal de importancia, al momento de entender a la población ocupada que se encuentra en esos grupos de ingresos, que considera que el crecimiento económico expresado en el PIB no es tal y peor aún, que no le llega, pese a que es la población que más horas trabaja a la semana.
Obsérvese en el cuadro, que en términos generales: “a mayor cantidad de horas trabajadas a la semana, menor es el nivel de ingresos monetarios” y lo contrario, esto es: “menor cantidad de horas trabajadas, mayor es el nivel de ingreso”. Tal es el caso del decil 1), con ingresos mensuales por RD$4,368 y horas trabajadas a la semana de 43.7; mientras que, el decil 10), presenta ingresos por RD$65,821 y horas trabajadas a la semana de 33.4.
Por el lado de cruzar la tasa de crecimiento de los ingresos monetarios de la población trabajadora versus la tasa de crecimiento del PIB nominal y real, se puede apreciar un descalce. En el caso de la asociación de los distintos deciles de ingresos con el PIB real, el cuadro permite darnos cuenta que solo los deciles 5), 7), 9) y 10), superan la tasa de expansión de la economía a precio constante. Y respecto a la del PIB a precio de mercado, solo en los deciles 7) y 10), los ingresos son mayores que el ritmo de crecimiento del tamaño de la economía; por el lado contrario, en los deciles 1), 2), 3), 4), 6) y 8), los ingresos son inferiores a las tasas de crecimiento del PIB nominal y real.
El descalce entre las distintas tasas de crecimiento de los ingresos y el PIB, anteriormente descrito, es otro factor que puede ser asociado al nivel de desconfianza o incredulidad que siente la población, respecto a la expansión de la economía.
En adición, atendiendo a que la proporción de la población masculina y femenina en el país es prácticamente igual dentro del total: 50.0 – 50.0, respectivamente; y considerando el total de la población trabajadora que se encuentra distribuida a razón de un 61.0 % hombres y un 39.0 % mujeres; esta inequidad laboral de género podría reforzar parte de la incredulidad sobre el crecimiento económico, dado que la población femenina en la sociedad dominicana asume más cargas sociales que el hombre, haciéndolas más proclives a la incredulidad en la cifras de la economía.
A modo de recapitulación de los dos exámenes realizados, abordando la interrogante del porqué no se cree en el crecimiento económico: Tanto por la desigualdad social, expresada en la alta concentración del ingreso; por la brecha entre el salario mínimo y el costo de la canasta básica, por la alta tasa de desempleo amplio, por los ingresos monetarios percibidos por los trabajadores formales e informales, por el desfase entre las tasas de crecimiento de los ingresos y el del PIB, así como por la inequidad laboral de género, han sido los factores relevantes que han incidido en el sentimiento de desconfianza e incredulidad de la población, en las cifras que arrojan el crecimiento económico dominicano. Los hallazgos presentados nos permiten reflexionar acerca de lo imperativo que resulta impulsar políticas públicas y privadas, que contribuyan a mejorar la distribución del ingreso, de manera que el crecimiento de la economía nacional no sea usufructuado en forma tan desigual.