Si alguien le habla a los demás de Wilkin García Peguero es muy probable que ignoren quien es, pero si se refiere a Mantequilla, de seguro que todos sabrán, al menos que es de Sabana Grande de Boya, municipio de la provincia de Monte Plata y en menor proporción que se autodenomina “genio financiero”, que su fórmula es un secreto financiero y como tal no puede revelarla.
La notoriedad alcanzada por Mantequilla le ha permitido ser tendencia en las redes sociales y ser noticia en los principales medios tradicionales como la televisión, radio y prensa escrita y motivo de conversación de muchos círculos sociales, laborales, deportivos y hasta de profesionales, compitiendo nada más y nada menos que con Albert Pujols y sus 703 jonrones y con Lula y Bolsonaro, los candidatos punteros en las elecciones de primera vuelta acontecida el pasado domingo en Brasil.
Mantequilla, al referirse a su fórmula financiera secreta, nos ha puesto a algunos economistas a mirar hacia todos los lados e incluso, auscultando nuestras mentes, acerca del interés y sus fórmulas simple y compuesto. Sobre el concepto, nos ha recordado que el interés es la cantidad de dinero que se genera durante un tiempo si haces una inversión o lo presta. La fórmula del interés simple es: VF = VA (1 + n * i) y la del compuesto: VA = VF (1 + i) ^n, en la primera el capital inicial no se capitaliza y en la segunda sí.
Fuera de las referidas fórmulas de matemática financiera no existen otras formas de cálculo para hacer crecer el dinero o capital inicial de alguien, a no ser que solo sea la fantasía que a veces promueve alguien con ciertas habilidades y logra atraer a los incautos. En el caso de Mantequilla, él ha sido hasta ahora exitoso en un mundo de Wawawa, pero igual también lo hubiera alcanzado si fuera Popi, e incluso, en una combinación que adquiere la categoría intermedia de PopiWa.
Los incautos terminan siendo víctimas voluntarias, al ser tontos útiles, creyendo en las ganancias financieras exorbitantes en un ambiente que no muestra seguridad, rentabilidad ni sostenibilidad y naturalmente, los que no llegan de primero son los más tontos, al perderlo todo, hasta la esperanza.
Lo de Mantequilla, el esquema Ponzi o Piramidal es lo mismo con otro nombre y no constituye una inversión poque todo es riesgo, tampoco un ahorro porque tiene riesgo y mucho menos es una redistribución del ingreso, porque no se logran nuevos repartos con mayores alcances, sino que conduce a perderlo todo.
Mantequilla ha logrado por el momento dos cosas, nombradía y eludir la intermediación financiera, porque solo capta recursos y al parecer como muestra su publicidad en las redes, como Facebook, Instagram, WhatsApp y Tik Tok, no presta dinero, siendo esa la razón por la que la regulación monetaria no lo alcanza, a juzgar por lo establecido en el Artículo 3 de la Ley Monetaria y Financiera 183-02, que la define como: “la captación habitual de fondos del público con el objeto de cederlos a terceros, aunque si otras leyes lo puede alcanzar.
De todas maneras, haciendo la debida diligencia oficial, puede determinarse con exactitud si Mantequilla con su “modelo de negocio” realiza intermediación financiera y si la hace, entonces sería blanco para la Superintendencia de Bancos.
Las actividades que promueve y realiza Mantequilla, abarcan los servicios inmobiliarios, agrimensura, tasaciones, lotería, construcciones, transporte, servicios de ingeniería y financiero, entre otros. Su razón social dice que se denomina 3.14 Inversiones World Wide, S.R.L., constituida en agosto de 2022 y con Registro Nacional de Contribuyentes.
Las ofertas promocionales indican que se garantiza un 100 % a 18 días, un 50 % a 7 días y están dirigidas a clientes premium, madres solteras, docentes, banqueras, choferes, entre otras denominaciones.
Lo realizado por Mantequilla no es lógica filosófica porque no aborda el conocimiento ni el pensamiento, tampoco es lógica matemática porque no realiza inferencias ni trabaja con símbolos…preferiría llamarle algo como lo más próximo a la estafa, habida cuenta de que ninguna inversión en el mercado reditúa los altos intereses y beneficios que ofrece, con el agravante que son exprés, es decir, que en días termina hasta duplicando tu dinero inicial.
Lo que hace Mantequilla en nada tiene que ver lo que hace el Banco Central cuando emite, coloca y honra los servicios de la deuda que se contraen con los certificados de esa entidad. El Banco Central está facultado por la Constitución de la República para dirigir las políticas monetarias, cambiarias y financieras, conforme al Artículo 227 y en su Artículo 228 señala que es el único emisor de billetes y monedas y su objeto es velar por la estabilidad de precios en la economía.
En la calidad referida, el Banco Central queda facultado por la Ley Monetaria y Financiera 183-02, en su Artículo 26 para ejecutar la política monetaria, en base al Programa Monetario, teniendo como instrumentos y mecanismos del mercado a las Operaciones de Mercado Abierto, entre otras, con las entidades de intermediación financiera e inversionistas institucionales y puede emitir valores para las referidas operaciones.
Bajo esa sombrilla legal se enmarcan los certificados financieros del Banco Central que emite, coloca y cancela periódicamente, a fin de contribuir a manejar adecuadamente la liquidez de la economía, con el objeto supremo de controlar la inflación, no solo por el mandato constitucional, sino también, por el esquema de meta de inflación, así, además, mantener la estabilidad en el tipo de cambio y evitar la fuga de capitales.
El origen y aumento del saldo de los valores en circulación del Banco Central, viene desde hace mucho, siendo su principal chispa la crisis bancaria del 2003 que alcanzó alrededor del 20.0 % del PIB. Con el salvataje a la crisis se generó un exceso de liquidez en la economía, provocando inflación, depreciación de la moneda y un clima de desconfianza; luego a partir del 2004 comenzó a desmonetizarse, generando el denominado déficit cuasi fiscal, como una expresión del costo de la esterilización monetaria excedentaria.
Desde entonces y hasta ahora, los certificados del Banco Central han crecido en forma ascendente, situándose al 28 de septiembre de 2022 en RD$ 882,885.5 millones y paga interés cónsono con el mercado para los de redención y sin redención anticipada. El aumento reciente es una reacción a la expansión monetaria del 2020 y parte del 2021, en ocasión de la pandemia por COVID-19.
El papel de los certificados del Banco Central ha sido clave para contener la depreciación de la moneda, mayor inflación y fuga de capitales, que se traduce en una condición para la estabilidad macroeconómica y el crecimiento sostenido por el que ha transitado la economía nacional en los últimos 17 años.
Por lo que puede leerse, lo que hace Mantequilla en nada tiene que ver con lo que hace el Banco Central, ni en la lógica de hacer las cosas ni en los resultados. Velar por la reputación de la política monetaria y de su entidad rectora resulta un deber y eso es lo que he hecho con esta opinión.