La Oficina Nacional de Estadística (ONE) desde el 2012 ha venido realizando esfuerzos para construir un Índice de Precios del Productor (IPP) con la asistencia de técnicos internacionales y se ha avanzado. El país cuenta con datos actualizados que pueden ser útiles para comenzar a conocer la formación de los precios desde el nivel de la oferta en el primer eslabón del comercio, en los sectores industrial/manufacturero y servicios.
El estudio del IPP de la sección de industria Manufacturera corresponde a todas las empresas y establecimientos dedicados a las actividades de fabricación de equipos eléctricos, tabaco, prendas de vestir, de metal, farmacéuticas, productos alimenticios y minerales, entre otros, ubicadas dentro del territorio nacional.
Disponer de un IPP ofrece múltiples ventajas para la política pública, a los agentes económicos y consumidores, entre la que podemos destacar, la posible relación causal sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC), o lo contrario, del vínculo bidireccional entre ambos índices o, si no hay asociación de influencia de la conducta del consumidor, dado el precio y la restricción de su presupuesto que lo lleva a tomar decisiones para satisfacer necesidades o preferencias.
Contar, promover y conocer el IPP para fines de aplicación, resulta clave para la micro y macroeconomía, al ser un indicador que permite predecir en términos coyunturales conductas económicas sobre el ahorro, consumo, inversión, crecimiento, empleo, especialmente cuando los involucrados valoran la información.
Adicionalmente, la utilidad del IPP es que permite identificar perturbaciones en la formación de los precios del lado de la oferta y con la evidencia en muchos países, precisar los pronósticos de la inflación para el nivel del consumidor final; además, de que el IPP al reflejar el comportamiento de los costos de producción resulta útil para la determinación del costo de oportunidad de los recursos.
Apriorísticamente, ante la ausencia de estudios econométricos local acerca de la relación entre el IPP y el IPC, esta opinión se queda con el convencimiento de que el IPP, es un indicador de alerta a la inflación para los consumidores finales, conforme lo evidencian estudios en diferentes países que han medido la evolución en los precios de los bienes producidos a nivel del productor para el mercado interno y que, resultaron en el primer eslabón de la cadena de comercialización que atraviesa la producción hasta llegar al consumidor final, respecto a la formación de los precios finales en los canales de transmisión inflacionaria desde que se incorporan en la referida cadena.
La evolución del IPP ha pasado desde 101.90 en enero de 2015 a 137.03 a junio de 2021. En términos anuales la variación de los precios acumulada en 2015 fue de 0.76 %, la de 2016 de 1.18 %, en el 2017 de un 3.18, la del 2018 de un 5.69 % en el 2019 de un 2.06 %, la del 2020 de un 8.65 % y, a junio de 2021 de un 4.38 %. La de junio de 2021 a junio de 2020 se sitúa en 10.38 %.
Por el lado del IPC, antes de los cambios de la composición en la canasta básica, el índice a enero de 2015 fue de 117.93 a septiembre de 2020 de 139.40. La tasa de inflación anual se colocó en el 2015 en un 2.34 %, en el 2016 de un 1.70 %, en el 2017 de un 4.20 %, la del 2018 en un 1.17 %, en el 2019 de un 3.66 %. La del 2020 con un nuevo año base y canasta básica de un 5.55 % y la interanual a junio de 2021 de un 9.32 % y la acumulada de un 4.01 %.
Variable | 2015 | 2016 | 2017 | 2018 | 2019 | 2020 | Junio,2021 |
IPP | 101.90 | 103.8 | 107.93 | 115.25 | 117.85 | 129.68 | 137.03 |
Variación precios % | 0.76 | 1.18 | 3.18 | 5.69 | 2.06 | 8.65 | 4.35/10.38 |
IPC | 117.93 | 122.97 | 128.14 | 129.64 | 134.38 | 139.40 | 108.59 |
Inflación % | 2.34 | 1.70 | 4.20 | 1.17 | 3.66 | 5.55 | 4.01/9.32 |
Fuente: Elaborado por el autor en base a datos de las Web del Banco Central y de la ONE.
Al cruzar el comportamiento de los precios medidos por el IPP y el IPC se puede apreciar en la serie de años 2015-2021 que en algunos casos una baja variación de precios en el IPP, la tasa de inflación del IPC se muestra alineada, tales son los casos de los años 2015-2016 y 2019, mientras que como subida de precios (IPP) y muy baja inflación (IPC), podemos encontrar al 2018; en cambio, como subida de precios en el IPP y el IPC se observan los años 2020 y 2021.
De los seis años y medio de la serie, en cuatro se revela una asociación más proporcional en cuanto a la baja o la subida de los IPP y el IPC. En tres años del periodo, existe un comportamiento de los precios del IPP bajo y también en el IPC (2015-16 y 2019), así como también en dos años, cuando el IPP sube, lo hace de igual forma el IPC (2020-21) y solo en un año (2018) no se evidencia una correspondencia entre el IPP y el IPC, pues al subir los precios del primero, la inflación en el segundo fue la más baja de todos los años.
Partiendo del respaldo que parece recibir la relación del IPP y el IPC en cuanto a que el primero es el precursor de la inflación final, la variación de precios que ha medido el IPP a junio del 2021, muestra señales de que la tasa de inflación al cierre del año en curso se situaría en torno a un nivel parecido al del 2020, lo que resultaría en una tasa ligeramente superior al techo de la meta de inflación contenida en el programa monetario de 2021.
El comportamiento de los precios dominicanos fuera de lo que han sido promovidos por la recesión en la mayoría de las economías del mundo durante la pandemia por Covid-19 y luego, por el aumento de los precios internacionales, a partir del inicio en la recuperación económica mundial. En el plano local, variables incidentales de tipo administrativa y no de mercado, han estado distorsionando la formación de los precios, tales son los casos del valor en los diferentes tipos de combustibles, el pan, pollo y el cerdo, que han sido subsidiados durante varios meses y la apreciación inducida del peso respecto al dólar.
En el interés supremo de alcanzar una tasa de inflación dentro del rango meta del 3.0 % al 5.0 % durante el 2021, resulta justificado y entendible que políticas públicas acudan a no lacerar a los sectores sociales más vulnerables, especialmente en la coyuntura que ha generado la pandemia; sin embargo, la contención administrada de los precios, a nivel del productor a mediano plazo no evitará el efecto traspaso del IPP al IPC, especialmente por lo insostenible que resulta en un escenario de debilidades en las finanzas públicas y por la naturaleza de la economía de mercado.