Alerta temprana y efecto rebote por reforma tributaria de Trump

El pasado 27 de septiembre de 2017 la Administración del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, propuso una reforma tributaria, llamada a aprobarse para diciembre del presente año. La reforma tiene como fundamento cuatro principios, el primero, promover un código tributario simple y justo, el segundo, permitirle a los trabajadores recibir menores descuentos en sus salarios, el tercero, convertir al país en el imán de empleo del mundo y el cuarto, traer de regreso para inversión en la economía a trillones de dólares que están en el extranjero.

De la reforma propuesta, salta a la vista, por sus efectos previsibles hacia economías como la dominicana, dado el papel que juega la inversión extranjera directa, la reducción de la tasa impositiva a las empresas corporativas de 35.0% a 20.0%, un nivel de 2.5% por debajo del promedio mundial que es de 22.5%; así como también, exonerar el 100.0% los dividendos generados en el extranjero cuando sean repatriados hacia USA.

La administración Trump en su posición nacionalista y proteccionista procura con la reforma tributaria ponerle fin a los incentivos de enviar trabajos al extranjero y por esa vía crear empleo en los Estados Unidos, al tiempo de elevar la competitividad empresarial dentro de la economía internacional.

De producirse la aprobación de la reforma, como todo parece indicar, la posibilidad que retorne la inversión norteaméricana en el extranjero es totalmente previsible; así como además sus efectos apriorísticos sobre la economía dominicana, razón suficiente para realizar debidas diligencias en la identificación, prevención y/o eventual mitigación de impactos.

En cuanto a la identificación en el plano local, las variables económicas que pueden estar asociadas a la referida reforma están la inversión extranjera directa de origen estadounidense, el tipo de cambio, las exportaciones, las remesas y el pacto fiscal, como tema.

Entonces, construir por parte de las autoridades económicas un sistema de alerta temprana, mediante un conjunto de índices en las áreas fiscal, cambiaria y monetaria, por la naturaleza previsible de los impactos identificados, que permitan anticipar las potenciales amenazas y efectos colaterales positivos, a través de la construcción de respuestas apropiadas y oportunas, también nos daría la ventaja de la mitigación.

La inversión estadounidense en el país en 2016 fue de US$427.0 millones, para un 14.8% del total de la inversión extranjera directa y durante el periodo 2010-17 de US$3,687.4 millones, equivalente a una participación sobre el total de 20.9%, por esas inversiones ese capital paga en el país el 27.0% de impuestos, frente al 20.0% que pagarían en territorio norteaméricano; de aprobarse la reforma de Trump, ese territorio podría convertirse en un imán para la repatriación de inversión.

Respecto a las remesas, al 2016 el monto recibido en el territorio nacional fue de US$5,261 millones, de los cuales, procedentes de los Estados Unidos corresponden US$3,704 millones, representando el referido valor el 70.4% del total.

En lo relativo a las exportaciones y el tipo de cambio, el 47.5%, esto es, US$4,684 millones del total general que asciende a US$9,860 millones, son exportados al territorio norteamericano y la tasa de cambio al 11 de octubre de 2017 de la moneda estadounidense se situó en RD$47.87 por cada dólar.

Las distintas magnitudes mostradas podrían verse influenciadas por la reforma tributaria de Trump; por el lado de la inversión de USA en dominicana, inciden más factores a favor de posibles salidas parciales de capitales hacia su territorio de origen que, elementos que la hagan permanecer. De aumentar el nivel de crecimiento económico en norteamérica, las remesas y las exportaciones podrían aumentar, hacia y desde República Dominicana y en lo concerniente al tipo de cambio, dependerá del balance entre la salida de capitales y la entrada de divisas.

El efecto traspaso previsto por la reforma tributaria en el relanzamiento de la economía de los Estados Unidos no se produciría de inmediato, aunque muy probablemente sea positivo en la dirección de crear empleo, elevar la competitividad y el crecimiento de su PIB y en el caso de la economía dominicana, los posibles efectos positivos tomarían aún más tiempo, excepto el tema cambiario, como variable expuesta a mayores niveles de cotización, cuyo desempeño podrían tener resultados inmediatos, desde que se presenten las primeras señales de repatriación de inversión extranjera directa.

Impulsado por la reforma tributaria de Trump en el país, el tema de la reforma fiscal pudiera ser una respuesta; sin embargo, mientras más se acerquen las elecciones de 2020 y la anunciada posposición hasta después de ese año, en espera de mejoras administrativas y desmonte subsidio eléctrico, su puesta en agenda nacional se hace cada vez menos probable, produciendo un efecto rebote, por el resultado inverso de la previsible postura fiscal dominicana; cuando lo razonable sería tener algún tipo de reacción, especialmente por el agravante de tener al menos un talón de Aquiles en las finanzas públicas del país, que resulta ser la sostenibilidad fiscal de la deuda, que ya da señales de agotamiento.

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Comments

Elvio Fortuna R.

Muy buen análisis:

Gracias nuevamente Lic. NG.

Como auditor interno y gestor de riesgos considero muy aceptados los planteamientos señalados acerca de considerar gestionar los riesgos que pudieran afectar negativamente nuestra economía al tiempo de considerar las oportunidades que nos pudiera traer dicha reforma.

Haivanjoe

Gracias Elvio por dedicarle tiempo a la lectura de mi artículo.